Canencia Instalaciones
Actualizado a 15/10/2023
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CANENCIA INSTALACIONES Tfno.: 91 430 51 64 email: contacto@canenciainstalaciones.es www.canenciainstalaciones.es
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Cómo elegir nuestra caldera
Si bien lo más recomendable a la hora de escoger nuestra caldera es ponernos en manos de un profesional acreditado, son varias las consideraciones que podemos tener en cuenta para saber que la caldera que nos aconsejan es la apropiada. Las calderas se utilizan para dos usos,calefacción y agua caliente sanitaria o ACS. Para lo primero necesitamos conocer los m² a calefactar y para lo segundo el número de baños y aseos con los que cuenta la vivienda. En cuanto a la calefacción podemos tomar la referencia de 0,115 kW por cada m² de superficie. Así, para una vivienda de unos 100 m², escogeremos una caldera de 11,5 kW. como mínimo. Para el ACS debemos conocer el número de aseos y baños con ducha de que dispone la vivienda. Con este dato podremos saber cual es el caudal de agua caliente máximo simultáneo que podríamos necesitar y por tanto la potencia de la caldera. Habitualmente con una caldera de 35 kW podremos dar servicio hasta tres grifos de agua caliente; a partir de ahí tendremos que recurrir a la acumulación. Como referencia podemos utilizar la siguiente tabla: 1 baño + cocina 25 kW 2 baños + cocina 30 kW 1 baño + aseo + cocina 26 kW 2 baños + aseo + cocina 35 kW 3 baños + aseo + cocina ACUMULACIÓN o más Una vez que hemos decidido la caldera que más nos conviene llega la hora de escoger el lugar donde ubicarla. Debe disponer de un desagüe cercano puesto que las calderas de condensación necesitan evacuar los condensados que producen. Hay que tener en cuenta que si la salida de los productos de la combustión (humos) no se puede hacer por la cubierta del edificio, hay que hacerla por la fachada. Para ello se deben instalar dos tubos concéntricos, uno para aspirar el aire necesario para la combustión y el otro para conducir los PDC. Se debe instalar con una pendiente mínima de 3% con caída hacia la caldera. Y como es obvio que el lugar elegido cuente con un enchufe cercano para conectar la caldera. Por último recordar que de acuerdo a lo establecido en el Real Decreto 1027/2007, de 20 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) y sus Instrucciones Técnicas, el montaje y mantenimiento de este tipo de instalaciones sólo puede ser realizado por aquellos profesionales que dispongan de un carné profesional de instalaciones térmicas en edificios o de instalador de gas, emitido por el órgano competente de la Comunidad Autónoma, aunque tendrá validez en toda España. No obstante, estar en posesión del carné profesional no es suficiente, además debe de pertenecer a una empresa legalmente establecida.
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Confíe los trabajos en las instalaciones o aparatos de gas a personas que estén debidamente acreditadas para realizar este tipo de actuaciones. No se la juegue y exija siempre el certificado de gas del trabajo efectuado.
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Si bien lo más recomendable a la hora de escoger nuestra caldera es ponernos en manos de un profesional acreditado, son varias las consideraciones que podemos tener en cuenta para saber que la caldera que nos aconsejan es la apropiada. Las calderas se utilizan para dos usos, calefacción y agua caliente sanitaria o ACS. Para lo primero necesitamos conocer los m² a calefactar y para lo segundo el número de baños y aseos con los que cuenta la vivienda. En cuanto a la calefacción podemos tomar la referencia de 0,115 kW por cada m² de superficie. Así, para una vivienda de unos 100 m², escogeremos una caldera de 11,5 kW. como mínimo. Para el ACS debemos conocer el número de aseos y baños con ducha de que dispone la vivienda. Con este dato podremos saber cual es el caudal de agua caliente máximo simultáneo que podríamos necesitar y por tanto la potencia de la caldera. Habitualmente con una caldera de 35 kW podremos dar servicio hasta tres grifos de agua caliente; a partir de ahí tendremos que recurrir a la acumulación. Una vez que hemos decidido la caldera que más nos conviene llega la hora de escoger el lugar donde ubicarla. Debe disponer de un desagüe cercano puesto que las calderas de condensación necesitan evacuar los condensados que producen. Hay que tener en cuenta que si la salida de los productos de la combustión (humos) no se puede hacer por la cubierta del edificio, hay que hacerla por la fachada. Para ello se deben instalar dos tubos concéntricos, uno para aspirar el aire necesario para la combustión y el otro para conducir los PDC. Se debe instalar con una pendiente mínima de 3% con caída hacia la caldera. Y por último que el lugar elegido cuente con un enchufe cercano para conectar la caldera. Por último recordar que de acuerdo a lo establecido en el Real Decreto 1027/2007, de 20 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) y sus Instrucciones Técnicas, el montaje y mantenimiento de este tipo de instalaciones sólo puede ser realizado por aquellos profesionales que dispongan de un carné profesional de instalaciones térmicas en edificios o de instalador de gas, emitido por el órgano competente de la Comunidad Autónoma, aunque tendrá validez en toda España. No obstante, estar en posesión del carné profesional no es suficiente, además debe de pertenecer a una empresa legalmente establecida.
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Si bien lo más recomendable a la hora de escoger nuestra caldera es ponernos en manos de un profesional acreditado, son varias las consideraciones que podemos tener en cuenta para saber que la caldera que nos aconsejan es la apropiada. Las calderas se utilizan para dos usos, calefacción y agua caliente sanitaria o ACS. Para lo primero necesitamos conocer los m² a calefactar y para lo segundo el número de baños y aseos con los que cuenta la vivienda. En cuanto a la calefacción podemos tomar la referencia de 0,115 kW por cada m² de superficie. Así, para una vivienda de unos 100 m², escogeremos una caldera de 11,5 kW. como mínimo. Para el ACS debemos conocer el número de aseos y baños con ducha de que dispone la vivienda. Con este dato podremos saber cual es el caudal de agua caliente máximo simultáneo que podríamos necesitar y por tanto la potencia de la caldera. Habitualmente con una caldera de 35 kW podremos dar servicio hasta tres grifos de agua caliente; a partir de ahí tendremos que recurrir a la acumulación. Una vez que hemos decidido la caldera que más nos conviene llega la hora de escoger el lugar donde ubicarla. Debe disponer de un desagüe cercano puesto que las calderas de condensación necesitan evacuar los condensados que producen. Hay que tener en cuenta que si la salida de los productos de la combustión (humos)no se puede hacer por la cubierta del edificio,hay que hacerla por la fachada. Para ello se deben instalar dos tubos concéntricos, uno para aspirar el aire necesario para la combustión y el otro para conducir los PDC. Se debe instalar conuna pendiente mínima de 3% con caída hacia la caldera. Y por último que el lugar elegido cuente con un enchufe cercano para conectar la caldera. Por último recordar que de acuerdo a lo establecido en el Real Decreto 1027/2007, de 20 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) y sus Instrucciones Técnicas, el montaje y mantenimiento de este tipo de instalaciones sólo puede ser realizado por aquellos profesionales que dispongan de un carné profesional de instalaciones térmicas en edificios o de instalador de gas, emitido por el órgano competente de la Comunidad Autónoma, aunque tendrá validez en toda España. No obstante, estar en posesión del carné profesional no es suficiente, además debe de pertenecer a una empresa legalmente establecida.
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